1 mar 2008

Práctica #11: Bloqueo Anestésico en el Canal Raquídeo

















Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia,

Universidad Veracruzana


Bloqueo Anestésico en el Canal Raquídeo



La anestesia en el canal raquídeo es útil para los procesos quirúrgicos o curaciones mayores que implican la zona del periné superior e inferior (en la hembra) y del periné, en el macho. Hay que recordar que en la hembra existen dos perinés, el superior, que abarca el espacio entre el ano y la vagina y el periné inferior, que abarca desde la vagina hasta donde empieza la ubre. Es una anestesia muy importante pues a diferencia de la que se aplica en las terminaciones nerviosas de las apófisis transversas de las vértebras lumbares, la anestesia en el canal raquídeo no inmoviliza el tren posterior del animal, lo que daría una caída o mayores complicaciones en las técnicas quirúrgicas y/o curaciones. El área de bloqueo de esta anestesia abarca desde la zona del raquis hasta la zona de la glándula mamaria o testículos, pasando por la región perianal.
En la PZTM el grupo del médico en jefe el Dr. Antonio Hernández Beltrán realizó la práctica de esta anestesia a un bovino raza holandesa, inicialmente como motivo de la curación de una fístula presente en el animalito. Se procedió a limpiar la región a inyectar la anestesia, exactamente en el espacio entre la primera y segunda vértebra coccígea. Se usaba de parámetro el lugar exacto

donde doblaba la cola estando alzada, donde, anatómicamente, se indicaba donde terminaba el raquis y empezaban las vértebras coccígeas. La aplicación de la anestesia bloquearía la sensibilidad en la vagina, (entre otras regiones) para poder llevar a cabo nuestra práctica. Luego de la asepsia con ayuda de desinfectantes como yodo o benzodine, se procedía a tallar con los dedos la zona a inyectar y luego, para evitar una infección interna, rasurar la zona a utilizar. Lo contrario podría dar como resultado que agentes patógenos y microbiológicos externos (presentes en guantes, mugre, polvo, etc.) entraran al líquido cefalorraquídeo y provocara un trombo, o bien, la necrosis de la zona.
Luego de localizar y desinfectar bien el área, se proseguía a anestesiar. La aguja debe entrar en un ángulo de 45°, justo en el espacio intervertebral. La sensación de haber dado con algo duro, nos daría como resultado el haber inyectado en hueso, que no es el propósito. Se debía sentir un espacio blando, sin oposición a la aguja. La dosis de la anestesia a utilizar era de 4 a 8ml, (Xilocaína, al 2% o del 4 al 6%). Cabe señalar, importante dato, que una sobredosis de anestesia daría como resultado el bloqueo motor de los músculos respiratorios, lo que daría, en consecuencia, la muerte del animalito.
Una vez anestesiada la zona (el tiempo de anestesia tarda entre 8 y 10 minutos) se puede proceder con nuestra técnica. Para comprobar la efectividad del anestésico, por ejemplo, el médico pinchó con una aguja levemente en la piel del anima y este no mostró signos de dolor o malestar alguno, lo que comprueba que la zona está confiablemente insensible.
También, como parte de la práctica, el equipo realizó una palpación rectal para identificar rompimientos en el piso del recto o del techo de la vagina, fístulas que provocaran un malestar.

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